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jueves, 29 de septiembre de 2011

LAS DIOSAS Y LA UNIDAD DEL MUNDO

A lo largo dela historia de la civilización, las diosas han tenido un protagonismo vital, hasta que lentamente fueron desplazadas por la idea de un único dios masculino. De todas formas, sincretismo mediante, en historia de la cristiandad se ha visto como muchas diosas fueron asimiladas al panteón oficial convertidas en santas. Incluso, la virgen María, madre de Jesucristo, aún sin tener estatus de divinidad en el dogma oficial, recibe un culto tan relevante en determinados sectores del catolicismo que sin duda la convierte en una deidad central. A sus diferentes manifestaciones locales los creyentes le atribuyen milagros de toda clase, muchos de ellos relacionados específicamente con la protección y la sanación.
La Gran Madre o Diosa, aparece en la antigüedad con diferentes nombres: 



CivilizaciónDiosa
SumerInnana o la sacerdotisa de Enheduanna
BabiloniaIsthar
CanaánAnath
FeniciaAstarté
EgiptoIsis
ChinaUn Kua
GreciaArtemisa, Atenea, Minerva, Circe, Medea Afrodita
EscandinaviaFreya
AustraliaKunapipi
IndiaKali

Haciendo una pequeña revisión de figura femenina como divinidad, es claro observar que esta se vincula a la ha dependido la domesticación de las plantas y animales. Se les atribuye muchas veces la invención de la agricultura puesto que fueron ellas las que empezaron a enterrar las semillas en el suelo. Del mismo modo, la sabiduría, el poder sanador y el descubrimiento de las artes de la comunicación, (como la invención de los sistemas de escritura) aparecen reiteradamente como creaciones atribuidas a las diosas.
Para los egipcios,  Isis, que tiene tanto poderes humanos como divinos, es la inventora de la agricultura. Isis también era reconocida como una gran sanadora. Por otra parte, la cobra era el signo jeroglífico para designar la palabra Diosa y era conocida con el Ojo (“uzait”) símbolo de la clarividencia y sabiduría mística. La diosa cobra Ua Zit era ya una deidad femenina del Bajo Egipto en tiempos predinásticos. También Maat, la diosa de la justicia. 

 Pinturas murales de la diosa Isis

En la tradición mesopotámica, a parece la Diosa Ninli, reverenciada por enseñar a cultivar la tierra. Se dice también que la diosa Nidaba, en Sumeria, fue la inventora de las tablillas de arcillas y del arte de escribir.
En la mitología india, es la diosa Sarasvati, la que inventó el alfabeto. Y entre los antiguos celtas, adoraban a Cerridwen,como la Diosa de la inteligencia y el conocimiento

 Representación babilónica del mito de Enlil y Ninlil.

Las ofrendas de granos a Deméter (portadora de los secretos de la madre tierra) y a Hera (símbolo de la perseverancia, la lealtad y la fidelidad) eran frecuentes en la antigua religión griega.  A Deméter, se le atribuye además la virtud de ser una gran legisladora y dispoensadora de sabiduría. Incluso se le asinga una Diosa gemela, Koré, que es la encargada de revelar verdades místicas a los mas elevados, iniciados en Eleusis.

Deméter,Copia romana, esculpida en mármol a comienzos del siglo III d.C
La cabeza y los brazos son añadidos barrocos.

En los misterios de Eleusis, que se celebraban en la antigua Grecia, la gran diosa era el centro de la religión griega.Esto rituales secretos mantenían "la unidad del mundo", su celebración anual era pues, de vital importancia.
Los iniciados eran tenidos por seres superiores porque habían recibido la visión de la vida después de la muerte. El secreto que habrían de guardar éstos eran tant estricto que el rito no ha llegado a conocerse con exactitud.
Se sabe que experimentaban una triple revelación:
  • Perséfone había dado luz en el fuego a un hijo, el Eon
  • Una visión beática de la doncella
  • Una visión de una espiga de trigo con la promesa de un nueva vida
Estos rituales se practicaron durante 2000 años y finalizaron en tiempos de los Visigodos, cuando el rey Alarico saqueo Eleusis en el 396.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

PSIQUE: LA MUJER MÁS BELLA

Psique (en latín Psyche, en griego Ψυχή), divinidad griega y protagonista de un mito latino, es la personificación del alma. 
Según la historia, inmortalizada por Apuleyo, en su Matamorfosis -El asno de oro-,  en su Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros -Cúpido- Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio.

 Eros y Psiqué. C. Albacini. s. XVIII

Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo -de la que Apuleyo hace un tópico medieval: stilla olei ardentis-  stilla olei ardentis) cae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.
Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacia esto Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un «sueño estigio» que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros y Psique, y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer o (en la mitología romana) Voluptas.

domingo, 4 de septiembre de 2011

MITOLOGIA ROMANA

El mundo helénico estaba ya alcanzando su mayor apogeo (tanto artístico como cultural), cuando en el año 510 d.C., aproximadamente, se proclamaba como tal la Rebúplica de Roma.
Sin embargo, el pueblo romano no había conquistado aún su identidad como pueblo, algo que, por sí sólo, explicaría una evidente dependencia de la mitología romana respecto de la griega, pero es preciso reseñar (para conocerla), que también tuvieron influencias de muchos otros pueblos, tales como la cultura etrusca (que determinó, en cierto sentido, varios de los caracteres principales y fundamentales del propio pueblo romano; por ejemplo, cabría destacar en este punto el culto a los muertos), las culturas itálicas primitivas (importantes también por su sabiduría casi ancestral), y de, como sabemos a modo general y a grosso modo, la propia y misma cultura griega, donde, tras la conquista en sí, se produjo una auténtica colonizacion, tanto artística como cultural; algo interesante, teniendo en cuenta que se produjo desde los vencidos a los vencedores.
Pero no hay que equivocarse, pues sería un gravísimo error considerar a la mitología romana como una burda imitación de la griega. Fueron de su interés, pues los romanos nunca habían imaginado, ni por asomo, a sus dioses con forma humana, ni contaban en cierto sentido con un conjunto de mitos relacionados entre sí. Y es que la fusión definitiva del panteón grecorromano se produjo aproximadamente en el año 148 a.C., latinizando totalmente a la mitología griega, siguiendo adorando a sus dioses de caracter local con su nombre principalmente original, pero asimilando como divinidades primeras a los dioses griegos.
El hombre de Roma tiene la convicción y la misión transcendente de gobernar, de ordenar ese mundo ya conquistado, y en el que la familia aparece como módulo fundamental en la sociedad.
Como indicamos anteriormente, es preciso destacar (y tener en cuenta), que muchos otros pueblos tuvieron una influencia vital en la propia mitología romana, dado que, a medida que se fueron extendiendo a lo largo y ancho del mundo, su panteón fue adquiriendo a un número creciente de dioses extranjeros; algunos asimilados, y otros “cambiados”. Pues, además de cambiar en algunos aspectos el nombre de esas divinidades, latinizándolos, también llegaron a adorar dioses extranjeros con su nombre original.

De la mitología romana podemos hacer unas puntualizaciones:
  • La mitología romana está formada por las leyendas y mitos de la religión politeísta practicada en la Roma Antigua.
  • La mayoría de las divinidades del panteón romano provienen de Grecia con dioses que suplantaron a las divinidades locales con algunas raras excepciones. Por esta razón algunos artículos dedicados a los dioses romanos de origen griego pueden ser tratados como exactos a sus equivalentes griegos.
DIOSES ROMANOS

MITOLOGIA GRIEGA: ESQUEMA


Para una mejor comprensión de la mitología griega vamos a señalar unas pequeñas características:
  • La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
  • Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.
  • La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
  • Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.
 
 DIOSES DEL OLIMPO
















































DIOSES GRIEGOS Y ROMANOS

Es un tópico afirmar que la mitología romana es un plagio o una cointinuación de la griega con nombres latinos. Tal afirmación es inexacta y encierra sólo una parte de la verdad. La mitología romana posee mucho de original y quien se precia de haber profundizado en la mitología del mundo helénico hara bien en adentrarse en el estudio de la mitología romana para poseer una visión clara y completa de lo que denominamos mitología clásica. A lo largo de los siglos, la mitología romana extrae y adapta para sí concepciones religiosas y culturales de los países de la cuenca mediterránea: en primer lugar de Grecia, pero también de Egipto, Frigia o Siria. Pero la mitología romana no posee la riqueza intelectual y poética de la mitología griega, por ejemplo.
Y es que aunque los romanos son un pueblo profundamente religioso, sus dioses son, ante todo, los dioses son útiles y se espera de ellos acción y eficacia. Así encontramos dioses cómo Fontus (o Fons), dios de las fuentes y manantiales, Flora, diosa de los árboles, Pomona, que vela sobre los frutos, o incluso Fides, personificación de la palabra dada.

 Representación de Plutón, dios del inframundo

En el Imperio romano, se adora a dioses como Faunus, un antiguo dios protector de los rebaños y de los pastores, o Terminus, guardián de los límites de los campos, o Plutón, dios del inframundo. Los dioses más venerados son los protectores de la casa y de la familia, los Lares (espíritus de los antepasados), y los Penates, guardianes del hogar, para los que cada vivienda reserva un sitio. Un gran número de fiestas y de sacrificios son dedicados durante el año a todas estas divinidades.
Los romanos se consideran los humanos más piadosos y es por eso que son ayudados por los dioses. Los romanos también invitan a los dioses de los adversarios vencidos a acudir a Roma para ser honrados correctamente. Así, los dioses de los vencidos dejan a estos últimos, que perderán toda protección, y se pondrán del lado de los romanos, para ayudarle aún más a ellos.
Este sincretismo romano llega a su panteón: los mismos dioses que los griegos, con las mismas particularidades; la única diferencia está en su nombre.
Vemos en la sig. tabla los dioses griegos y el nombre que los latinos cambiaron:

NOMBRE GRIEGONOMBRE ROMANOPAPEL EN LA MITOLOGÍA
AfroditaVenusDiosa de la belleza y deseo sexual
ApoloFeboDios de la profecía, medicina y arquería
AresMartesDios de la guerra
ArtemisaDianaDiosa de la caza
Asclepios EsculapiosDios de la medicina
AteneaMinervaDiosa de las artes, oficios y de la guerra
CronosSaturnoDios del cielo
DémeterCeresDiosa de los cereales
DionisioBacoDios del vino y vegetación
ErosCupidoDios del amor
GayaTierraMadre tierra
HefestoVulcanoDios del fuego
HeraJunoDiosa del matrimonio
HermesMercurioMensajero de los dioses
HestiaVestaGuardiana del hogar
HipnosSueñoDios del sueño
HadesPlutónDios de los mundos subterráneos
PoseidónNeptunoDios de los mares y terremotos
ReaOpsEsposa de Cronos / Saturno
UranoUranoDios de los cielos
ZeusJúpiterSoberano de todos los dioses

Sin lugar a dudas, el relato de la historia de Roma, es la base necesaria para el conocimiento y estudio de su mitología y, estte relato constituye uno de los  más maraviillosos y trascendentes de la humanidadd. Roma creó una cultura singular, sabiendo escoger lo mejor de los pueblos anteriores, añadiendo su peculiar ingenio y legando a la posterioridad esa huella imborrable de su ingenio.


sábado, 3 de septiembre de 2011

TRES GRACIAS

En la mitología griega, las Cárites o Gracias -en griego  Χάριτες, en latín Gratiae- eran las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad. Habitualmente se consideran tres, de la menor a la mayor: Aglaya (‘Belleza’), Eufrósine (‘Júbilo’) y Talía (‘Festividades’).
Las Cárites solían ser consideradas hijas de Zeus y Eurinome, aunque también se decía que eran hijas de Hera, de Dionisio, o de Helios y la náyade Egle. Homero  escribió que formaban parte del séquito de Afrodita. Las Cárites también estaban asociadas con el inframundo y los misterios eleusinos. 
El río Cefiso cerca de Delfos  estaba consagrado a ellas, y tenían sus propias festividades, las Caritesias o   Carisias que son las fiestas de "Acción de Gracias", en las que se practicaba el banquete /convite "Charistía", en el que se comía torta de miel llamada piramús en honor de las Cárites.


Rafael, 1594

 Rubens, 1637

 Van Loo,  1763

jueves, 1 de septiembre de 2011

PERSEO Y EL MINOTAURO

Hace miles de años, la isla de Creta era gobernada por un famoso rey llamado Minos. Eran tiempos de prosperidad y riqueza. El poder del soberano se extendía sobre muchas islas del mar Egeo y los demás pueblos sentían un gran respeto por los cretenses. Minos llevaba ya muchos años en el gobierno cuando recibió la terrible noticia de la muerte de su hijo. Había sido asesinado en Atenas. Su ira no se hizo esperar. Reunió al ejército y declaró la guerra contra los atenienses. Atenas, en aquel tiempo, era aún una ciudad pequeña y no pudo hacer frente al ejército de Minos. Por eso envió a sus embajadores a convenir la paz con el rey cretense. Minos los recibió y les dijo que aceptaba no destruir Atenas pero que ellos debían cumplir con una condición: enviar a catorce jóvenes, siete varones y siete mujeres, a la isla de Creta, para ser arrojados al Minotauro. En el palacio de Minos había un inmenso laberinto, con cientos de salas, pasillos y galerías. Era tan grande que si alguien entraba en él jamás encontraba la salida. Dentro del laberinto vivía el Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Cada luna nueva, los cretenses debían internar a un hombre en el laberinto para que el monstruo lo devorara. Si no lo hacían, salía fuera y llenaba la isla de muerte y dolor. Cuando se enteraron de la condición que ponía Minos, los atenienses se estremecieron. No tenían alternativa. Si se rehusaban, los cretenses destruirían la ciudad y muchos morirían. Mientras todos se lamentaban, el hijo del rey, el valiente Teseo, dio un paso adelante y se ofreció para ser uno de los jóvenes que viajarían a Creta. 

 http://mitosgriegos.files.wordpress.com/2011/04/perseo-y-andromeda.gif
Rubens,  1577 - 1640

El barco que llevaba a los jóvenes atenienses tenía velas negras en señal de luto por el destino oscuro que le esperaba a sus tripulantes. Teseo acordó con su padre, el rey Egeo de Atenas, que, si lograba vencer al Minotauro, izaría velas blancas. De este modo el rey sabría qué suerte había corrido su hijo. En Creta, los jóvenes estaban alojados en una casa a la espera del día en que el primero de ellos fuera arrojado al Minotauro. Durante esos días, Teseo conoció a Ariadna, la hija mayor de Minos. Ariadna se enamoró de él y decidió ayudarlo a Matar al monstruo y salir del laberinto. Por eso le dio una espada mágica y un ovillo de hilo que debía atar a la entrada y desenrollar por el camino para encontrar luego la salida. Ariadna le pidió a Teseo que le prometiera que, si lograba matar al Minotauro, la llevaría luego con él a Atenas, ya que el rey jamás le perdonaría haberlo ayudado. Llegó el día en que el primer ateniense debía ser entregado al Minotauro. Teseo pidió ser él quien marchara hacia el laberinto. Una vez allí, ató una de las puntas del ovillo a una piedra y comenzó a adentrarse lentamente por los pasillos y las galerías. A cada paso aumentaba la oscuridad. El silencio era total hasta que, de pronto, comenzó a escuchar a lo lejos unos resoplidos como de toro. El ruido era cada vez mayor. Por un momento Teseo sintió deseos de escapar. Pero se sobrepuso al miedo e ingresó a una gran sala. Allí estaba el Minotauro. Era tan terrible y aterrador como jamás lo había imaginado. Sus mugidos llenos de ira eran ensordecedores. Cuando el monstruo se abalanzó sobre Teseo, éste pudo clavarle la espada. El Minotauro se desplomó en el suelo. Teseo lo había vencido. Cuando Teseo logró reponerse, tomó el ovillo y se dirigió hacia la entrada. Allí lo esperaba Ariadna, quien lo recibió con un abrazo. Al enterarse de la muerte del Minotauro, el rey Minos permitió a los jóvenes atenienses volver a su patria. Antes de que zarparan, Teseo introdujo en secreto a Ariadna en el barco, para cumplir su promesa. A ella se agregó su hermana Fedra, que no quería separarse de su hermana. El viaje de regreso fue complicado. Una tormenta los arrojó a una isla. En ella se extravió Ariadna y, a pesar de todos los esfuerzos, no pudieron encontrarla. Los atenienses, junto a Fedra, continuaron viaje hacia su ciudad. Cuando Ariadna, que estaba desmayada, se repuso, corrió hacia la costa y gritó con todas sus fuerzas, pero el barco ya estaba muy lejos. Teseo, contrariado y triste por lo ocurrido con Ariadna, olvidó izar las velas blancas. El rey Egeo iba todos los días a la orilla del mar a ver si ya regresaba la nave. Cuando vio las velas negras pensó que su hijo había muerto. De la tristeza no quiso ya seguir viviendo y se arrojó desde una altura al mar. Teseo fue recibido en Atenas como un héroe. Los atenienses lo proclamaron rey de Atenas y Teseo tomó como esposa a Fedra.